Por José Martín
Poza Rica, Ver.- Inconformes y decepcionados, comerciantes del mercado Poza Rica y vendedores ambulantes abandonaron la reunión a la que fueron citados por funcionarios municipales para notificarles que deberán cerrar sus puestos durante casi una semana para evitar más contagios del virus Covid-19.
El Ayuntamiento, a través de la dirección municipal de Desarrollo Económico, ordenó suspender actividades comerciales e instalación de locales ambulantes durante los próximos seis días para reducir la propagación del coronavirus, enfermedad que ha sido confirmada en 114 personas y ha causado la muerte de 13 pacientes en Poza Rica.
Pero la “medida” planteada por el gobierno local irritó a los locatarios de los mercados Poza Rica, Santa Fe, Paseo de la Burrita, Los Portales y el Parador Urbano, así como a los ambulantes informales ya que el cierre de negocios no contempla para las cadenas comerciales o tiendas de autoservicio.
Durante la asamblea realizada en el auditorio de la Unión de Comerciantes del mercado Poza Rica, uno de los comerciantes reprochó que la administración municipal exente a las grandes empresas comerciales cuando los más perjudicados por el cierre de calles y restricciones al público son los micro y pequeños negocios.
Además, aseguraron que tan solo el mercado Poza Rica genera más de 4 mil empleos directos e indirectos, y en caso de cerrarse, miles de personas se quedarán sin trabajo. También insistieron en que los propietarios de los locales deben laborar para poder generar ingresos financieros con los que pagarán sus impuestos y permisos de venta.
Otros vendedores también reclamaron el cierre masivo de locales, y principalmente la falta de apoyos por parte del Ayuntamiento, por lo que exigieron que las autoridades reabran la circulación de las calles y avenidas que fueron bloqueadas, con vallas metálicas, desde el viernes pasado.
Ante los insistentes reclamos de los vendedores, el encargado de Desarrollo Económico, José de Jesús Luna Kuri abandonó el auditorio, pero se dirigió a las oficinas de la Unión de Comerciantes, desde donde pidió que sólo los dirigentes de los centros de abasto ingresaran a una nueva reunión para analizar la situación, y con la condición de que ordenaran que el resto de los vendedores abandonaran el sitio.
