Viven en extrema pobreza, Rocío y sus hijos

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Por José Martín

Poza Rica, Ver.- Bajo un techo de láminas rotas, cercado con paredes de palos y bolsas de plástico, vive una mujer de edad avanzada, con diabetes, y junto a sus dos hijos. Los tres residen en una vivienda que carece de agua entubada, drenaje y están en penumbras porque no tienen energía eléctrica.

Se trata de la señora Rocío Córdoba Valentín, de 68 años de edad, que se dedica a la colecta de botellas de plástico, aluminio y fierros para ganarse unas monedas y llevar alimento diario a sus seres queridos.

“Salgo a la calle a buscar cosas entre la basura, pero a veces mis vecinos me ven y me regalan 10 20 o hasta 50 pesos, pues ya con eso me gano una feria y tengo para la comida”, expresó doña Rocío quien padece de diabetes.

Su hijo Andrés, de 24 años de edad, tiene una discapacidad desde que tenía cuatro meses. Un accidente en el hogar, mientras ella trabajaba, le causó daños en su cráneo, y ahora con cualquier ruido, le provoca fuertes dolores de cabeza, además de que se le olvidan las cosas. Su condición le impidió ir a la escuela.

En el incidente, un incendio causado por una vela, le quemó uno de sus brazos. Los médicos de aquel entonces, procedieron a amputarle la extremidad. Cuando le dieron de alta, los especialistas pronosticaron que el bebé no caminaría y tampoco hablaría, pero no fue así. 

Su hija Rocío Madaí, de 13 años de edad, estudia, pero en sus ratos libres ayuda a su mamá a recolectar plásticos, cartón, muebles viejos y fierro viejo para venderlos y reunir unas pocas monedas.

La vivienda donde viven tiene agujeros en el techo porque las láminas están carcomidas por el óxido, algunos tramos lo han parchado con bolsas, pero en días de lluvias, les cae el agua en sus camas y se les moja las pocas mudas de ropa que tienen.

Su otra hija, de 33 años de edad, no la visita y tampoco los apoya. Ella reside en la colonia Antorcha Campesina de la ciudad de Poza Rica.