Veracruz, primer lugar en asesinatos de integrantes de la comunidad LGBTI

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Por José Martín
Poza Rica, Ver.- Degollados, torturados y asfixiados, son las formas en que han sido asesinados 16 integrantes de la comunidad Lésbico, Gay, Bisexual, Travesti, Transexual, Transgénero e Intersexual (LGBTTTI) en el estado de Veracruz.

Con 16 homicidios, la entidad veracruzana ocupa el primer lugar a nivel nacional en asesinatos de los integrantes de la LGBTTTI, afirmó la integrante del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio de la Red Internacional de la Diversidad Sexual y de Género con sede en Bilbao, Jazz Bustamante Hernández.

De enero a julio, estos crímenes han sido principalmente con objetos punzocortantes, armas de fuego y por asfixia, de los cuales sólo en dos casos, las autoridades de la Fiscalía General del Estado (FGE) han detenido a los presuntos culpables, pero hasta el momento no hay ninguna persona consignada y sentenciada con los causales contempladas en el código penal que castiga estos delitos.

De acuerdo con datos recabados por las organizaciones como “Letra Ese”, una asociación europea y el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio clasifican a Veracruz como el estado donde existe demasiada crueldad y violencia en contra de las personas con distintas preferencias sexuales.

El asesinato más reciente ocurrió en Poza Rica, y la víctima Cirilo “N” fue ultimado con odio, saña, alevosía y por orientación sexual. Otro caso similar es de Denisse “N” que se registró en el municipio de Minatitlán, hace unos tres días.

La también fundadora del Colectivo Soy Humano AC, Jazz Bustamante lamentó que la FGE no le dé la seriedad debida al tema y no ejerce la aplicabilidad a las causales agravantes del Artículo 144 Constitucional del Código Penal de Veracruz, el cual fue reformado en el año 2018.

Dijo que es preocupante la narrativa social y el mensaje institucional que están normalizando estos asesinatos, los cuales están generando estigmas y discriminación referente a la orientación sexual o la entidad de género de las víctimas. Aunado a la falta de profesionalización de los peritos de la FGE para proceder conforme a los causales agravantes por los crímenes de odio.