Por José Martín
Papantla, Ver.- Desde hace algunos años la sequía y la industria petrolera provocaron la desaparición de los manantiales de la comunidad Reforma Escolín. Desde entonces los habitantes enfrentan un grave desabasto de agua y contaminación por constantes derrames de hidrocarburo.
El señor Andrés Jiménez García, uno de los pobladores de la localidad declaró que actualmente solo disponen de un pozo artesiano que les abastece del vital líquido a un promedio de 80 familias.
Pero durante los meses de abril y mayo el pozo no se da abasto a las necesidades de la población debido a que los niveles del líquido comienzan a descender.
“Ahora compramos el agua, antes había, pero se acabaron los manantiales, se acabaron los pozos” expuso al recordar que los escurrimientos del único arroyo llegaban hasta Cerro Grande, otra zona rural que se ubica sobre la carretera Papantla – Poza Rica.
“Llegaba hasta la Quebradora para salir al puente Cazones, pero ahorita ya no hay, ahora carecemos, por eso la compramos por pipa”.
Ante la necesidad, Jiménez García aseguró que los vecinos se ven obligados a comprar el agua a las pipas con 10 mil litros, cuyo costo es de casi 800 pesos y con esos llenados tienen que hacer rendir el líquido para varios días o hasta el tiempo que más se pueda.
Pero también narra que la escasez de agua no fue repentina, pues la carencia comenzó tras el “desmonte” de las parcelas, es decir la tala de árboles, el corte de hierba y las constantes actividades de la empresa Petróleos Mexicanos (Pemex) y otras compañías.
