– Su gobierno destaca por sus ocurrencias, pero más por su ineptitud e incapacidad para garantizar la seguridad de los ciudadanos, pero sí soñaba con su monumento
Redacción
Poza Rica, Ver.- A Fernando Luis Remes Garza le quedó grande la silla de la presidencia municipal al tener a Poza Rica hundida en secuestros, extorsiones y cierre masivos de empresas a causa de la inseguridad.
Como alcalde ha quedado a deber a la ciudad, pero sí ha destacado por su incapacidad por garantizar la tranquilidad de los ciudadanos y principalmente de los empresarios, los verdaderos generadores de empleos y derrama económica en el municipio petrolero.
El caso más reciente ocurrió este martes 3 de septiembre cuando el encargado de la base de taxistas independientes fue privado de su libertad mientras salía de la delegación de Tránsito del Estado, ubicado en la colonia 27 de Septiembre.
También está el caso de la mujer que fue secuestrada por sujetos desconocidos mientras conducía su vehículo sobre la avenida Independencia, cerca de la calle Revolución, en la colonia Manuel Ávila Camacho.
Pero en las últimas dos semanas, han ocurrido secuestros de empresarios de la ciudad. La noche del sábado «levantados» los empresarios Alfonso Morachys Reachy y Ricardo León Mondragón.
Unos días después, también se llevaron al dueño de una de las empresas dedicadas al reciclaje, ubicadas en la colonia Las Granjas. Es la segunda víctima, pues en marzo de este año, fue privado de su libertad, Luis Ángel González Hernández, quien continúa reportado como desaparecido.
Ante esta situación de inseguridad, el resto de los negocios dedicados a este rubro permanecen cerrados desde hace casi 15 días, y por consecuencia, despidieron a sus empleados.
A la lista se le suman las privaciones de libertad de sus colaboradores cercanos, el director de desarrollo económico, Ajab Yahir Salas, ocurrido el pasado 1 de julio y de su asesor, José Manuel Lugo Dauzón, registrado el pasado 7 de mayo del 2024, éste último huyó de la ciudad para salvar su vida.
Por increíble que parezca, mientras la inseguridad azota al pueblo, el alcalde Fernando Remes pretendía construir un monumento a su persona como premio de consolación tras su fracaso por llegar al Salón de la Fama por su trayectoria como beisbolista.